1) Sé proactivo
Si quieres saber qué estudiar no dejes pasar el tiempo, no se hará más simple y no llegará sola. Debes interesarte, averiguar, ver el abanico de opciones para tomar una decisión informada. Visita las universidades, asiste a charlas, habla con orientadores vocacionales, recurre a otros estudiantes y profesionales de las carreras que puedan interesarte.
2) Considera lo que quieres hacer, no qué estudiar
De niño todos sabíamos qué queríamos ser cuando creciéramos, pero a lo largo del camino uno se olvida o comienza a pensar mucho en las respuestas. Olvídate por un momento de qué estudiar y piensa en qué tipo de trabajo te imaginas realizando, en dónde y bajo qué medios. Esto te ayudará a discernir los conocimientos académicos que precisas para lograr tus objetivos. Cuando sabes qué quieres ser, podrás determinar qué carrera más se acerca a esos intereses.
3) El salario no es lo importante
Sabrás que has elegido correctamente si estarías dispuesto a no percibir un salario por realizar ese trabajo. Si el dinero es tu principal motivación es probable que no disfrutes lo que haces y estés insatisfecho con tu elección.
No puedes elegir tu carrera en base a la remuneración.
Además, ninguna carrera tiene asegurado un gran salario. Si eres un buen profesional, alguien que se interesa por la manera en la que realiza su trabajo y lo hace bien, serás exitoso y el dinero vendrá.
Además, ninguna carrera tiene asegurado un gran salario. Si eres un buen profesional, alguien que se interesa por la manera en la que realiza su trabajo y lo hace bien, serás exitoso y el dinero vendrá.
4) Es tu decisión
No dejes que los demás tomen la decisión por ti. Puedes tomar en cuenta la opinión de tus padres y amigos, pero la decisión a fin de cuentas es tuya. El psicólogo Omar Bertacco, de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Argentina, explica que “el problema es cuando la persona convierte a las influencias en mandato; porque aparecen como el único camino para satisfacer los deseos y ser parte de la familia, para sentirse identificado con los padres o, incluso, para cambiar la historia”. Esto no es saludable y no te hará feliz porque no serás lo que tú deseas ser. No te dejes comparar, ya que esto no hará sino deprimirte. Concéntrate en ti y lo que tú quieres.
5) La ansiedad de comenzar a estudiar
El entusiasmo y la motivación son buenas señales. Si te sientes con ánimos de comenzar la universidad y el estudio, es porque verdaderamente estás conforme con tu elección.
6) No esperes a comenzar las clases
Si te apasiona lo que quieres estudiar, querrás saberlo todo y para ello no tienes que esperar a la universidad. Empieza de manera sencilla a adentrarte en el tema: si te interesa la fotografía, saca fotos; si quieres ser piloto, colecciona aviones.
Me encanto el resumen para orientar a quienes buscan una profesion u oficio, ojala me lo hubieran dicho cuando era adolescente pero tambien se necesita un gran apoyo de los padres en descubrir lo que nos apasiona sin la influencia de una opinion que se convierta en mandato o en lo que los padres esperan aunque nos den la libertad de elegir.
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